La crisis económica, que especialmente en España ha dado como resultado una verdadera sangría de destrucción de empleo, ha obligado a muchas personas a aventurarse en la creación de un pequeño negocio o empresa y a generar recursos como única salida laboral posible. Es decir, ser emprendedor es cada vez más una necesidad y no tanto una oportunidad, como ocurre en tiempos más “estables” económicamente hablando.
Las reglas de oro a la hora de crear un negocio en solitario, sobre todo cuando no se dispone de recursos económicos previos son: la inversión mínima, el endeudamiento más bajo posible y unos costes fijos reducidos a la mínima expresión. Por suerte, estas características son inherentes al sector del desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles de conexión a Internet.
Los smartphones y tabletas tienen cada vez más posibilidades de uso. Sirven para casi todo y funcionan de manera fácil e intuitiva. Además, permiten tenerlo todo en el mismo aparato. Por eso no es extraño que estén desplazando a otros artilugios tecnológicos: como los ordenadores portátiles o los navegadores.
Pero para ampliar y mejorar los usos de los teléfonos y las tabletas es necesario un software específico, denominado aplicaciones, para cuyo desarrollo no se precisa una gran inversión ni en infraestructuras ni en capital humano. Trabajando con profesionalidad, rigor, muchas ganas e imaginación se puede llegar a producir aplicaciones de gran rentabilidad. Existen muchos casos de éxito.
El universo de las aplicaciones es muy amplio y se pueden crear desde videojuegos a portales web específicos para navegar en móviles, pasando por el desarrollo de sistemas de información en tiempo real (por ejemplo, para transportes), y sin olvidarnos de las aplicaciones específicas para empresas (catálogos, publicidad on line…).
Pero como todo universo que se precie, el verdadero potencial de este negocio está en la expansión, y esto se logra con la originalidad de los conceptos y creando nuevas necesidades en el usuario. En este sentido, las aplicaciones basadas en los geolocalizadores y las integradas en las redes sociales como una forma más de marketing de contenidos, segurísimo que van a dar mucho que hablar en un futuro inmediato.
El 2102 recién estrenado puede ser un gran año para los emprendedores que se lancen al desarrollo de aplicaciones, cuyos ingresos pueden llegar por varías vías: los encargos de las empresas, las aplicaciones de pago y la publicidad en forma de banners en las gratuitas.
Es decir, ser emprendedor es cada vez más una necesidad y no tanto una oportunidad, como ocurre en tiempos más “estables” económicamente hablando.Las reglas de oro a la hora de crear un negocio en solitario, sobre todo cuando no se dispone de recursos económicos previos son: la inversión mínima, el endeudamiento más bajo posible y unos costes fijos reducidos a la mínima expresión. Por suerte, estas características son inherentes al sector del desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles de conexión a Internet.
Los smartphones y tabletas tienen cada vez más posibilidades de uso. Sirven para casi todo y funcionan de manera fácil e intuitiva. Además, permiten tenerlo todo en el mismo aparato. Por eso no es extraño que estén desplazando a otros artilugios tecnológicos: como los ordenadores portátiles o los navegadores.
Pero para ampliar y mejorar los usos de los teléfonos y las tabletas es necesario un software específico, denominado aplicaciones, para cuyo desarrollo no se precisa una gran inversión ni en infraestructuras ni en capital humano. Trabajando con profesionalidad, rigor, muchas ganas e imaginación se puede llegar a producir aplicaciones de gran rentabilidad. Existen muchos casos de éxito.
El universo de las aplicaciones es muy amplio y se pueden crear desde videojuegos a portales web específicos para navegar en móviles, pasando por el desarrollo de sistemas de información en tiempo real (por ejemplo, para transportes), y sin olvidarnos de las aplicaciones específicas para empresas (catálogos, publicidad on line…).
Pero como todo universo que se precie, el verdadero potencial de este negocio está en la expansión, y esto se logra con la originalidad de los conceptos y creando nuevas necesidades en el usuario. En este sentido, las aplicaciones basadas en los geolocalizadores y las integradas en las redes sociales como una forma más de marketing de contenidos, segurísimo que van a dar mucho que hablar en un futuro inmediato.
El 2102 recién estrenado puede ser un gran año para los emprendedores que se lancen al desarrollo de aplicaciones, cuyos ingresos pueden llegar por varías vías: los encargos de las empresas, las aplicaciones de pago y la publicidad en forma de banners en las gratuitas.
Carlos Zuriguel Pérez