¿Big Brother? No, no, Big Data.
Si en el transcurso de una conversación alguien te menciona el concepto Big Data, no pienses que tu interlocutor es un adicto a los programas de telerrealidad (término utilizado por su audiencia) o telebasura (como gusta llamarles a sus detractores). Aunque suene parecido, eso es el Big Brother (Gran Hermano). Eso sí, como veremos a continuación, aunque sea en el fondo y de forma tangencial, se pueden encontrar ciertas similitudes, o relaciones, entre el fenómeno televisivo Big Brother y la última sensación (cuando menos en el plano teórico) del universo del marketing.
Definición de Big Data
A grandes rasgos, el Big Data sería el conjunto de procesos de recopilación y análisis de datos en grandes cantidades y muy heterogéneos, tanto en tipología como en procedencia, con unos objetivos empresariales: mejorar las ventas de una marca, empresa o negocio, elaborar campañas publicitarias, definir estrategias de marketing, corregir errores, optimizar acciones de venta etc.
En ocasiones, se relaciona el Big Data con el análisis procedente de la información que la mayoría de usuarios va dejando, muchas veces sin ser tan siquiera conscientes, cuando cuelgan cosas en las Redes Sociales.
Pero la realidad es que el concepto de Big Data es mucho más amplio, siendo las redes sociales solo una de las paradas de su largo trayecto, que puede pasar también por todos los canales 2.0 en los que los usuarios dejan huella: blogs, foros, chats, etc., así como los smartphones y sus enormes posibilidades en el campo de la geolocalización.
Funcionamiento
Las verdaderas posibilidades del Big Data, y también sus necesidades de desarrollo técnico y de los profesionales que se dedican a ello o pueden hacerlo en el futuro, no hay que buscarlas tanto la recopilación de los datos, sino en la forma de tratarlos para conseguir unos objetivos concretos.
El punto fuerte del Big Data sería, pues, el tratamiento específico de una cantidad ingente de datos, algunos estructurados y otros no, hasta convertirlos en valor añadido para una empresa, adaptándolos a sus necesidades específicas.
El profesional del Big Data debe actuar como un cocinero con la formación específica y la experiencia necesaria para manipular los ingredientes (datos) con la suficiente habilidad como para cocinar platos específicos (tratamiento de la información), que sacien los objetivos de las empresas: aumentar ventas, poner en marcha campañas de marketing, etc.
Los problemas del Big Data
La mayor dificultad del Big Data es llegar a detectar y atrapar, de entre una cantidad inmensa de datos, los verdaderamente útiles para los objetivos concretos propuestos. Normalmente los datos más valiosos son: todo aquello que pueda definir el perfil (target) del cliente, su actividad en redes sociales e información diversa extraída de los móviles inteligentes.
Estas necesidades cuentan, en la actualidad, con muy serias dificultades tanto técnicas, los equipos informáticos estándar tienen problemas para gestionar tanta información en un tiempo aceptable, como de formación específica de los profesionales. Esto significa que en el desarrollo y subsanación de estos dos puntos flacos se pueden encontrar buenas oportunidades laborales en el futuro más inmediato.
Epílogo
Recogiendo el guante que yo mismo lancé al comienzo del artículo, se pueden dibujar paralelismo entre el programa Big Brother y el Big Data. En el espacio televisivo, decenas de cámara se dedican a captar y escudriñar el más mínimo detalle de la vida y milagros de los concursantes: algunos interesantes o morbosos y otros totalmente irrelevantes, monótonos y aburridos. Por su parte, el Big Data trata de encontrar y analizar datos de interés del reguero de información que, muchas veces de forma imprudente y poco pudorosa, nosotros mismos vamos esparciendo por las redes sociales y otros canales.