Mientras esperamos el estudio que demuestre lo contrario, porque llegará tarde o temprano. Ya saben, que tanto hombres como mujeres cobran lo mismo por desempeñar idénticas funciones. Pues eso, que en Websa100, mientras aguardamos el feliz advenimiento de la igualad laboral, nos hacemos eco de una mala costumbre enquistada en las empresas españolas. Concretamente que los puestos de alta cualificación penalizan a las mujeres desde un punto de vista de remuneración. Esta dolorosa verdad para el “gremio” femenino se recoge en el documento titulado “Trayectorias laborales de las mujeres que ocupan puestos de alta cualificación”, llevado a cabo por la Secretaría de Estado de Igualdad en colaboración con el Consejo Superior de las Cámaras. Todo ello porque en este país conjugar trabajo con maternidad supone, al parecer, el Santo Grial por el que suspiramos las mujeres. Muchas son las cruzadas que han partido en su búsqueda y todavía no lo han hallado. Al menos, en España. De hecho, nuestro currículum de hijos presentes o futuros pesa más que el talento y constituye el escollo insuperable de las mujeres con edades comprendidas entre los 35 y 44 años. Por lo tanto, una vez constatada la edad (rebasados los 30) y la existencia de una pareja estable, resulta habitual escuchar en el entrevistador de turno alusiones a la vida personal y a los planes de vástagos de la candidata al empleo. Todo por el temor a la baja laboral de la mujer. Desde luego, esa curiosidad por parte de la empresa no se despierta ni por asomo en el caso de que el aspirante al puesto sea un varón. Así, en países como EE.UU. estas inquietudes por parte del empresario de turno se encuentran vetadas bajo pena de tremenda indemnización a la dama en cuestión. En España, la discriminación se traduce en una dificultad de acceso al trabajo de las mujeres en edad fértil (o ya embarcada en la tarea de la crianza) y en desigualdad salarial.
Según el estudio anteriormente mencionado las mujeres que ocupan puestos de alta cualificación ganan un 32% menos que los hombres. Aunque la presencia en estos puestos se va igualando (43% mujeres, 57% hombres), persiste la diferencia salarial entre sexos. Este desequilibrio se traduce en una brecha de unos 20.215,8€ al año de media. Así que visto el patio, las damas traman su propio networking y surgen propuestas encaminadas a crear redes sociales de carácter profesional para las mujeres.
Ojalá no tuviéramos que malgastar palabras en artículos como éste o diéramos el notición de un mundo feliz para las trabajadoras. Hasta entonces; España: sol, playa, fiesta y desigualdad laboral.
Ana Durá