¿Estás interesado en crear una tienda online muy puntera? ¿Tienes una idea que crees buenísima y casi te has decidido a llevarlo a cabo? Entonces debes sumergirte este mundo de la manera más cercana posible y abordar el campo desde distintos puntos de vista: literatura, experiencias cercanas y, por qué no, programas de televisión, en este caso series, que te muestran este panorama desde dentro. Algunas reflejan la miseria del fracaso, otras el triunfo… ¡Como en la vida misma! Coge las palomitas y todas esas ideas que rondan tu cabeza y acércate a conocer algunos ejemplos de cómo se ve el mundo de las start-ups en series de televisión.
El primer ejemplo nos lo encontramos en la serie recién estrenada Silicon Valley. En esta serie, un trabajador de una empresa muy similar a Google desarrolla una aplicación de música revolucionaria en el mercado y, para expandir su propio negocio, decide dejar su trabajo y crear su propia start-up junto a sus amigos, unos informáticos que cumplen con todos los clichés del sector, y no hablamos de sus impresionantes dotes sociales. En estos 10 episodios podemos ver los distintos pasos que nosotros mismos, si estamos inmersos en este proceso, podemos llevar a cabo, como la elección del personal cualificado: ¿Debo escoger a mis amigos para mi empresa aunque alguno de ellos no funcione como profesional? También vemos aspectos como la creación de un logo corporativo y todo lo que ello supone, la búsqueda de financiación, la necesidad de contar con una persona que se encargue de todo el papeleo pertinente o las noches en vela trabajando por sacar adelante tu proyecto.
Todo ello llevado a cabo con grandes dosis de humor; quizás no se trata del humor más accesible, sino que está cargado de ironía y sutileza, pero de este modo tendrás numerosas ideas para tu empresa y, además, pasarás un buen rato.
Nos vamos ahora a una de las series de las que todo el mundo ha visto, al menos, un capítulo alguna vez, hasta las abuelitas fanáticas del punto de cruz. Efectivamente, hablamos de Los Simpson. En un capítulo de esta serie, Homer, motivado porque su vecino crea su propia empresa, hace lo propio. Con tan solo un teléfono, papeles y una máquina de escribir decide crear su Compuglobalhipermeganet, una empresa que no sabe en ningún momento a qué se dedica o dónde pretende llegar.
Evidentemente, el de Los Simpson no es un ejemplo que debas tomar a la hora de crear tu start-up: uno de los pasos más importantes es saber qué quieres vender, el mercado en el que te encuentras y cómo piensas lograr estos objetivos. Finalmente a Homer le compran la empresa, pero sin todos estos pasos es algo que solo sucederá a él.
El último ejemplo lo encontramos en la serie americana The Office. Cuando Michael Scott, el jefe de Dunder Mifflin, la mayor empresa de papel de Scranton, decidió dejar la compañía por no estar de acuerdo con sus nuevas normas (vale, la norma era “prohibidas las fiestas”, pero para el caso lo mismo nos da), decidió despedirse al grito de “¡No tienes ni idea de lo alto que puedo volar!”. Tan valiente como imprudente. Aunque en un principio estuvo deprimido un par de semanas, tratando de buscar una solución, pronto levantó la cabeza y decidió fundar una start-up que hiciera competencia directa a Dunder Mifflin robándole algunos de sus mejores empleados: Este es el nacimiento de una nueva empresa.
La compañía tuvo problemas desde el principio, primero con la falta de financiación y después con el lugar donde se realizaba el trabajo (un armario en el mismo edificio que Dunder Mifflin), pero, gracias a la cartera de clientes del protagonista y a un gran conocimiento del precio del mercado, la compañía sobrevivió, plantando frente a la empresa donde trabajaban antes. Esto nos enseña que nunca hay que rendirse, y mucho menos en las etapas iniciales de una start-up, donde todo va a ir cuesta arriba.
Finalmente, un aumento general del precio del papel hizo que la compañía se tambaleara y fuera absorbida de nuevo por Dunder Mifflin, con la que llegaron al acuerdo devolver a sus puestos habituales. Por supuesto, en la vida real se irían a la cola del paro con un buen cheque. Pero… ¿Qué nos enseña esto? Que empezar una start-up y plantar cara a un gigante no es imposible con un buen plan y mucha ilusión, aunque, obviamente, requiere de mucho esfuerzo y, posiblemente, de trabajar metido en un armario. Todo llega. Paciencia.
Aunque si estás inmerso en el proceso de creación de tu compañía no es recomendable que te pases horas viendo la tele cuando deberías preocuparte por la web corporativa o por el social media y qué estrategias llevarás a cabo, te recomendamos que te tomes un tiempo para empaparte de todas estas series y de los errores y aciertos que encontramos en ellas. ¡No queremos que cometas el mismo error que Homer Simpson!