Crowdfunding y crowdlending son dos anglicismos que cada vez suenan con más fuerza en el ámbito de la financiación de proyectos y pymes. Se trata de dos sistemas basados en las cuestaciones populares y en las donaciones colectivas. Ambos mecanismos resultan alternativos a la financiación bancaria convencional.
El crowdfunding y el crowdlending son formas innovadoras de inversión, impulsadas por la crisis y las actuales restricciones en los créditos bancarios. Cada día aparecen nuevas plataformas en Internet, que buscan financiar de manera colectiva todo tipo de proyectos o startups. Estos mecanismos permiten, a cualquier persona, contribuir económicamente al nacimiento o al mantenimiento de las iniciativas que estima más oportunas.
Hablamos de crowdfunding cuando el dinero que donamos a un proyecto o a una pyme se instrumenta en forma de capital social. Por el contrario, si la contribución que se efectúa es un préstamo, estamos ante el crowdlending. Mientras en el primer caso nos aproximamos al concepto de mecenazgo, en el segundo las cantidades que ofrecemos nos han de ser devueltas con sus respectivos intereses.
Quizás, lo más novedoso de ambos sistemas no sea qué servicio ofrecen sino cómo lo hacen. La operativa en los dos casos se lleva a cabo a través de plataformas online, en las que se muestran los proyectos a financiar.
Aunque crowdfunding y crowdlending se publicitan como los sistemas más sencillos y baratos de financiación, también tienen sus inconvenientes. Por ejemplo, en la financiación convencional los bancos efectúan una labor de intermediación financiera y asumen una transferencia de riesgo, cosa que no ocurre en las plataformas que analizamos.
Es curioso que mientras el crowdfunding está gozando de buena salud en España, el crowdlending es casi desconocido en nuestro país. Este hecho puede deberse al diferente perfil de los interesados en uno y otro mecanismo. Los mecenas del crowdfunding buscan apoyar una causa sin finalidad lucrativa alguna. En el crowdlending las cosas funcionan de otra manera y su público quizás está más orientado al beneficio y al lucro.
Lanzanos , Goteo , Sociosinversores , Arboribus , Puentis y Loanbook son algunas de las plataformas de crowdfunding y crowdlending activas en España e Hispanoamérica.
Aunque las plataformas en Internet sí lo son, estas maneras de financiación en masa no son nuevas. La industria de la música fue una de las pioneras en el empleo del crowdfunding. En 1997, los fans norteamericanos del grupo Marillion financiaron su gira por Estados Unidos. En España, la banda Extremoduro pudo sacar su primer disco, en 1989, gracias a las donaciones colectivas.