La innovación resulta prioritaria para las pymes y los autónomos. Pero la creatividad o mejora no se puede ejercer sin planificación.
De modo que resulta imprescindible esbozar una hoja de ruta para prever, dentro de lo posible, las consecuencias de nuestra estrategia y las posibles soluciones a problemas futuros.
Para ayudarnos a fijar un buen rumbo empresarial, identificamos 3 claves que nos ofrecen pautas claras para innovar centrándonos en los objetivos:
1. Identifica constantemente a tu cliente y amplía tus estrategias
Intenta encontrar fórmulas para que aquellos consumidores que todavía no son tus clientes pasen a serlo. Piensa en aumentar tu cartera por medio de ideas novedosas y creativas. Y no olvides pensar también en tu no-cliente.
Además, recuerda que las necesidades de tu clientela deben ser cubiertas por completo. Para ello, amplía tus estrategias respecto a las necesidades de clientes presentes y futuros. Piensa en sus aspiraciones y reflexiona sobre si serías capaz de mejorar tu servicio o de ofrecerles alguna experiencia que ni siquiera se habían planteado.
2. Comparte tus objetivos de innovación
Especialmente, dentro de la empresa. El trabajo aislado es el peor enemigo de la innovación. ASí que no temas involucrar a aquellos que trabajan contigo, tal vez a alguno de tus compañeros o empleados se le ocurra una idea tan genial que ni habías imaginado. Si prefieres trabajar en soledad, cuando pienses de forma creativa, compártelo con alguien de confianza.
3. Imagina lo imposible
La innovación, además una cuestión de creatividad, es una cuestión de planteamientos absurdos e imposibles... Si no fuera así, estaríamos hablando de "mejoras" y no de procesos de auténtico avance. Piensa en aquello que hoy te resultaría imposible materializar y busca fórmulas para llevarlo a cabo. Tal vez al final del proceso sólo una mínima parte se haga realidad pero eso, por sí solo, ya merece la pena.